ARTE MESOPOTÁMICO: AKKAD
La segunda parada en nuestro tour del arte de las
civilizaciones de la antigua Mesopotamia será Akkad.
En la segunda mitad del III milenio a.C., un pueblo
semita irrumpió en Mesopotamia y consiguió imponer su hegemonía en el
territorio, aunque de forma efímera, hasta que a finales de ese mismo milenio
los sumerios lanzaron una ofensiva victoriosa que les permitió volver a hacerse
con el poder y fundar la Segunda Dinastía de Lagash y la Tercera Dinastía de Ur, un periodo conocido como el “Renacimiento Sumerio” (2230-2000 a.C.). No obstante, durante ese breve paréntesis los
acadios consiguieron levantar un verdadero Imperio bajo Sargón de Akkad (2340-2180
a.C.), un rey-dios que era a la vez jefe del poder político y religioso que sustituyó
la organización estatal sumeria por otra imperialista y centralizada y cuyo
reino se extendió más allá de los límites de Mesopotamia, hasta la Península de
Anatolia, el Mediterráneo y otras áreas periféricas.
Bajo el gobierno de Sargón, el arte, aunque enraizado
en la tradición religiosa sumeria, también experimentó un giro importante tanto
en estética como en finalidad, que no era otra que servir para transmitir y
exaltar la imagen del poder absoluto del soberano entremezclando la historia y
la leyenda. Por desgracia, en comparación con otras culturas del Próximo
Oriente Antiguo, se conservan escasas muestras del arte del periodo acadio, ya
que prácticamente todas las esculturas han sido destruidas y sólo se conservan
algunas estelas.
La escultura acadia cobra más realismo respecto y precisión respecto a la escultura sumeria, de la que sólo se conservan algunas estelas que ejemplifican la exaltación del poder político y militar del soberano, como la Estela de Naram-Sin, rey de Acadia y nieto de Sargón, que data del año 2250 a.C. y le muestra idealizado como una divinidad con cuernos celebrando su victoria contra los Lullubi de los Montes Zagros (imagen izquierda). Otra pieza excepcional es la llamada Máscara de Sargón o Naram-Sin, que data del año 2250 a.C., una máscara realizada en metal casi a escala normal y que originalmente contuvo incrustaciones que ya se han perdido (imagen abajo derecha).
Con respecto a la arquitectura de la época Neosumeria, tal y como comentamos en el anterior post sobre Sumeria, destacan los zigurats, como el Zigurat de Ur, que se construyó durante este periodo. Aunque no se sabe la función exacta de los zigurats mesopotámicos, existen diversas teorías al respecto que la atribuyen a distintas finalidades, desde lugar de culto y protección de la divinidad alojada en su interior de las inundaciones, lugar de ofrendas a los dioses y de celebración de ritos ceremoniales o incluso como observatorio astronómico. De cualquier manera, su principal propósito parece ser el de imitar a la montaña sagrada donde moraba la divinidad y lugar de encuentro entre los dioses y los hombres.
BIBLIOGRAFÍA
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