PATRIMONIO ARTÍSTICO MESOPOTÁMICO EN EL PRESENTE

Para terminar nuestro tour por el arte de las antiguas civilizaciones mesopotámicas, vamos a ver los principales museos del mundo donde se albergan algunos de los mayores tesoros artísticos de Sumeria, Akkad, Babilonia y Asiria, así como el estado de conservación de los restos arqueológicos en sus lugares de origen, sobre todo aquellos destruidos por grupos terroristas como el Estado Islámico y Daesh.

Hoy día, el patrimonio artístico mesopotámico se encuentra repartido por diversos museos alrededor del mundo, algunos de los principales siendo el Museo Británico en Londres, el Museo del Louvre en París, el Museo de Pérgamo en Berlín, el Museo Metropolitan en Nueva York, el Museo Nacional de Irak en Bagdad o el Museo de Mosul en Irak, entre otros.

En la actualidad, el Museo Británico de Londres custodia la mayor y más importante colección de antigüedades mesopotámicas del mundo fuera de Irak, constituida por unas 330.000 obras, con esculturas asirias, tesoros de Babilonia y Sumeria y salas enteras recubiertas de relieves de alabastro de los palacios asirios de Nimrud, Nínive y Khorsabad, entre otros.

Por su parte, el Museo de Pérgamo, en Berlín, es famoso por albergar una reconstrucción completa de la Puerta de Ishtar de Babilonia.

Fue durante una expedición en 1899, durante la Alemania del Segundo Reich, que el arqueólogo alemán Robert Koldewey desenterró los restos de la antigua ciudad mesopotámica en medio de una carrera académica y política para disputarle la primacía arqueológica del descubrimiento de las ruinas de Babilonia a Francia y Gran Bretaña. Koldewey consiguió excavar hasta una profundidad inaudita para la época, 24 metros, marcando un hito en la arqueología por su meticuloso método científico de trabajo, consiguiendo desenterrar diversas murallas, puertas monumentales (entre ellas la de Ishtar), complejos palaciegos, templos, un zigurat dedicado al dios Marduk e incluso restos de los famosos jardines colgantes. Su minuciosidad permitió calcular las dimensiones exactas de la puerta para poder reconstruirla con la magnificencia que lucía en tiempos de Nabucodonosor II.

El Museo de Louvre, en Paris, alberga una amplia colección de obras de arte mesopotámicas en su sección de Antigüedades Orientales, creada en 1881 y dedicada enteramente a Oriente Próximo y Oriente Medio, abarcando desde la aparición de los primeros poblados en el Creciente Fértil hace 10.000 años hasta la llegada del Islam. La colección se constituyó entre el siglo XIX y la Segunda Guerra Mundial, tras realizarse varias excavaciones llevadas a cabo entre 1843 y 1854 en Khorsabad, capital asiria fundada por Sargón II.

El Museo Metropolitan, en Nueva York, acoge algunas de las obras más importantes de la historia de Sumeria, abarcando los periodos principales de la cultura sumeria: el periodo predinástico arcaico I, el periodo pre- y dinástico arcaico II, el periodo acadio y el periodo Neosumerio.

El Museo Nacional de Irak, en Bagdad, fundado por la escritora y viajera británica Gertrude Bell en 1926, alberga unas colecciones de tesoros mesopotámicos entre las más importantes del mundo, algunos de los cuales fueron saqueadas durante la Guerra de Irak en 2003. Anteriormente, había sido cerrado en 1991 durante la Guerra del Golfo para protegerlo de los ataques aéreos estadounidenses, hasta su reapertura en el año 2000. De las 40 piezas robadas, sólo se han conseguido recuperar 13 en Jordania, Estados Unidos, Suiza, Japón y eBay, gracias principalmente a las investigaciones llevadas a cabo por el FBI en el marco del Proyecto Museo de Bagdad, creado con el objetivo de virtualizar las colecciones del museo.

En cuanto el estado de conservación de los restos arqueológicos, la suerte corrida por el Museo de Mosul, en Irak, evidencia claramente los enormes daños sufridos a manos del autodenominado Estado Islámico desde 2014, tras declararse el califato.

Creado en 1952, el Museo de Mosul, uno de los museos más grandes de Irak, alberga una colección de objetos asirios milenarios de gran valor. Cerró tras ser saqueado en 2003 durante la Guerra de Irak y, coincidiendo con su reapertura en 2014, fue ocupado, junto con la ciudad, por el Estado Islámico de Irak y el Levante, además de recibir amenazas del grupo terrorista Daesh de destruir cualquier estatua que fuese en contra del Islam. El grupo cumplió sobradamente sus amenazas, difundiendo vídeos quemando libros antiguos de la Biblioteca de Mosul y destruyendo objetos del museo y de las ciudades arqueológicas asirias de Nimrud y Nínive (de las cuales quedó destruido el 80% y 70%, respectivamente), así como un zigurat, varios templos y el palacio del rey asirio Asurbanipal II utilizando maquinaria pesada y explosivos. Esto fue seguido de terribles actos de vandalismo. En total, se estima que sólo en Mosul, 66 sitios arqueológicos han sido destruidos por el Estado Islámico.

De esta manera, el Estado Islámico pretende debilitar, intimidar e incluso borrar a sus enemigos de la Historia. Y es que, a pesar de que las Naciones Unidas y la UNESCO aprobaron la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado el 14 de mayo de 1954 en La Haya y ampliada el 26 de marzo de 1999, en respuesta a la destrucción masiva y los saqueos perpetrados durante la Segunda Guerra Mundial, nunca fue ratificado por Irak o Siria y mucho menos por los grupos extremistas. Aún así, los países limítrofes han adoptado medidas específicas contra el tráfico ilegal de objetos arqueológicos.

La ex directora general de la UNESCO, Irina Bokova, calificó esta pérdida irrecuperable de patrimonio como un verdadero “crimen de guerra” y un “genocidio cultural”. El único elemento positivo en medio de tanta destrucción premeditada es que los arqueólogos han podido hacer nuevos y singulares descubrimientos entre los escombros, tales como túneles que contienen espectaculares relieves, esculturas y tablas cuneiformes. Asimismo, se están realizando trabajos de restauración y reconstrucción e incluso construyendo réplicas de algunos objetos destruidos por el Estado Islámico, como en el caso de dos réplicas de colosales estatuas de toros alados icónicos de la civilización asiria creadas y ensambladas en un taller de Madrid y enviadas a la Universidad de Mosul en aviones del ejército español; por otra parte, el gobierno norteamericano ha financiado, a petición de las autoridades iraquíes, la reconstrucción de la puerta monumental de Adad de la ciudad de Nínive, en las afueras de Mosul, destruida con explosivos en 2016.

En el caso de las ruinas de la mítica ciudad de Babilonia, situadas cerca de la actual ciudad de Hilla en la provincia iraquí de Babil, 110 kilómetros al sur de Bagdad, fueron parciamente reconstruidas sobre sus propios cimientos por Saddam Hussein a finales del siglo XX, desde 1978 hasta la Guerra de Irak. Sin embargo, esta acción aparentemente meritorio y altruista ha suscitado opiniones encontradas, considerando la reconstrucción un “circo turístico” y “parque temático”, además de un intento de utilizar la arquitectura con fines propagandísticos, sin mencionar los daños infligidos a las ruinas originales, que han sido destruidas o modificadas en el proceso.

 

WEBGRAFÍA

https://www.britishmuseum.org/

https://www.museumsportal-berlin.de/es/museos/pergamonmuseum/

https://www.louvre.fr/es

https://www.metmuseum.org/

https://www.theiraqmuseum.com

https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_de_Mosul

http://www.exteriores.gob.es/RepresentacionesPermanentes/unesco/es/QueeslaUNESCO/Convenciones/Paginas/Convenci%C3%B3n-de-1954.aspx

https://es.wikipedia.org/wiki/Babilonia_(ciudad)

https://www.bbc.com/mundo/noticias-41441977

https://www.elmundo.es/cultura/2019/10/21/5da9a6b1fc6c83041d8b4665.html





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